lunes, 28 de junio de 2010

otra penélope

En el reino de Ítaca las cacerías constituyen un ritual.

Los hombres preparan las lanzas, los arcos y las flechas.
Los esclavos preparan las monturas

Las mujeres-sólo ojos y lágrimas- rezan por lo bajo
pidiendo a los dioses por la vida de sus hombres.

Odiseo,el fecundo en ardides, prepara a su hijo para la caza. Repasan juntos los últimos detalles: cómo sostener la lanza y el arco, cómo sacar las flechas del carcaj, corriendo a toda velocidad tras la presa.

Penélope, la madre, los observa. Tener un hijo ene dad viril es cruel.

Observa y maldice.

Maldice al padre de su hijo por criarlo a su imagen y semejanza.

Ella sabe, heredera de una sabiduría ancestral, que ese hombre,violador de ninfas y mujeres, alejará a Telémaco de su lado...que lo arrastrará a guerras sangrientas, donde los hombres se convierten en asesinos crueles, desmedidos; y la mujer en botín de guerra.

Tuvo que matarlo.

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