miércoles, 15 de diciembre de 2010

La llave

Un día, revolviendo los viejos arcones de mi abuela para disfrazarme, la vi. Ahí estaba: vieja, herrumbrada y pesada. Antigua. Hermosa.
La tomé y corrí a preguntarle a mi abuela. Ella protestó por la interrupción (estaba preparando una torta). Después, se puso los anteojos para ver de cerca y la observó en silencio por unos minutos. Finalmente, me la devolvió diciendo algo asi como notengonilamenoridea.

Me pareció que mentía.
Clara Gagliano


Un día mi inspiración se fue de copas...
Y no volvio más...

La muy ingrata
Clara Gagliano
Tenía alma de piedra, la tierra reclamaba su cadaver.

Debió irse, humillarse, negociar su traslado, salir de esa llanura, esa vasta nada, (la nada constante).
Las Parcas lo rondaban. le susurraban. Le coqueteaban.
Necesitó huir, correr, escapar, sacar la cabeza del pozo y respirar.

Pero sólo consiguió mudarse de infierno.
Clara Gagliano