miércoles, 15 de diciembre de 2010

La llave

Un día, revolviendo los viejos arcones de mi abuela para disfrazarme, la vi. Ahí estaba: vieja, herrumbrada y pesada. Antigua. Hermosa.
La tomé y corrí a preguntarle a mi abuela. Ella protestó por la interrupción (estaba preparando una torta). Después, se puso los anteojos para ver de cerca y la observó en silencio por unos minutos. Finalmente, me la devolvió diciendo algo asi como notengonilamenoridea.

Me pareció que mentía.
Clara Gagliano

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